Por Javier Surasky-
El ejercicio era simple, y los tiempos encajaban
perfectamente: en septiembre de 2023 se reuniría la segunda Cumbre de los ODS,
en julio de 2024 el Foro Político de Alto Nivel, y en septiembre de 2024 la
Cumbre del Futuro. Los tres eventos construían un continuo casi perfecto: una
reunión examinaba el estado de avance de los ODS a nivel mundial, la siguiente hacía
de puente manteniendo el momentum, y la final dotaba al multilateralismo
de las herramientas que necesita para ser más eficaz en el logro de la Agenda
2030.
Para reforzar los lazos, la Cumbre de los ODS se emparejó con una reunión preparatoria de la Cumbre del Futuro, aunque por reclamos del G77 se hicieron de forma sucesiva y no en paralelo, y el oro Político de Alto Nivel incluyó sesiones oficiales sobre la Cumbre del Futuro. Incluso los cinco foros regionales de desarrollo sostenible incluyeron en sus agendas debates sobre la reunión de septiembre de 2024.
¿Qué podía salir mal? ¿Qué podría interferir en esa línea de
tiempo virtuosa?
La respuesta está asociada a una preocupación que señalamos
desde hace tiempo en varios de mis trabajos para el Cepei: los Informes
Nacionales Voluntarios que elaboran los Estados para presentar ante la
comunidad internacional son de baja calidad, y en esta oportunidad lo
demostraron de forma indudable: cortaron la cadena que unía a los tres eventos.
¿Cómo es esto posible? De los finalmente 36 países que
presentaron sus informes, uno no lo hizo público en su versión escrita (Samoa).
Reduciendo los 35 restantes a los que puedo analizar por estar escritos en
español o inglés, he recorrido 28 de los informes nacionales voluntarios
presentados ante el HLPF de 2023 (la lista se encuentra al final), lo que
equivale al 80% de estos, buscando en ellos referencias a la Cumbre de los ODS
de 2023 y a la Cumbre del Futuro y cada uno de los instrumentos que se espera ella
adopte: El Pacto del Futuro, La Declaración de las Generaciones Futuras y el
Pacto Digital Global.
El resultado ha sido, cuando menos, triste. Una verificación
más de que los países preparan sus VNR como si los esfuerzos por implementar
los ODS tuviesen lugar en el vacío, aislado de cualquier otro proceso, sin
historia y, lo que es más grave, sin futuro.
- Solo 13 de los 28 VNRs (46%) incluyen al menos una mención a la Cumbre de los ODS de 2023.
- Cinco informes (18%) hacen referencia explícita a la Cumbre del Futuro.
- El Pacto Digital Global es solo nombrado por tres países, aunque casi todos hacen referencias a la importancia de las tecnologías digitales para el desarrollo sostenible y a la necesidad de cooperación entre países, e incluso entre sectores en varios casos, para reducir las inequidades digitales, que se enlazan a temas específicos como la salud, la reducción del hambre, el trabajo decente, las energías, el cumplimiento de funciones públicas, el procesamiento de datos, el bienestar de las futuras generaciones, el cuidado ambiental e incluso la transmisión de la cultura y los conocimientos tradicionales.
- Ninguno menciona la Declaración sobre las Generaciones Futuras, aún cuando 19 de ellos destacan de alguna manera la importancia de considerar a las generaciones futuras en el diseño de políticas, planes y estrategias de desarrollo sostenible. Para hacer las cosas aún más graves, varios países siguen confundiendo a los niños y a los jóvenes con las generaciones futuras, cuando se trata de tres categorías diferentes.
- Ninguno menciona el Pacto del Futuro
En una mirada regional, tenemos que:
- De los nueve informes presentados por países de África que entraron en nuestro universo de análisis, ninguno hace referencia a la Cumbre del Futuro ni a ninguno de los documentos que allí se deben adoptar.
- En los ocho informes analizados presentados por países de Asia, solo pudioms halar una sola referencia al Pacto Digital Global, y ninguna a la Cumbre del Futuro, el Pacto del Futuro o la Declaración sobre las Futuras Generaciones.
- De los tres informes analizados presentados por países de Europa, solo uno hace una mención de la Cumbre del Futuro, y ninguno refiere a sus documentos.
- Por parte de América Latina y el Caribe, sobre un total de ocho informes analizados hallamos que cuatro refieren a la Cumbre del Futuro y dos al Pacto Digital Global, sin menciones a la Declaración sobre la Futuras Generaciones ni al Pacto del Futuro.
Costa Rica se convierte en el único país que incluye
menciones tanto a la Cumbre del Futuro como a uno de los documentos que esta se
espera adopte: el Pacto Digital Global. Ningún otro de los informes analizados menciona
la cumbre que tendrá lugar el próximo septiembre y al menos un documento que se
espera sea adoptado allí (tampoco hay informes que menciones dos documentos).
En una mirada menos pretenciosa, si es que eso es posible,
solo cuatro países incluyen referencias en sus informes a la Cumbre de los ODS
de 2023 y a la Cumbre del Futuro, aunque ninguno las pone en conexión: Belice, Costa
Rica, España y Honduras.
Para decirlo de forma más directa, los países han dejado
atrás en su consideración sobre una implementación acelerada de la Agenda 2030 tanto
a la Cumbre de los ODS como al a Cumbre del Futuro (¡Que aún no ha ocurrido!).
La mala calidad de los Informes nacionales voluntarios, y los esquemas mentales con los que se construyen, ya no solo los hacen poco útiles para compartir lecciones aprendidas y conocimientos que permitan acelerar el camino hacia los ODS, sino que en su pobreza no logran siquiera conectar elementos básicos que se encuentran delate de los ojos de quien quiera mirar.