Llamamiento global ante la Cumbre del Futuro: lo que no se debe hacer

Por Javier Surasky-

 

El 12 de septiembre, a 10 días del inicio de la Cumbre del Futuro, los jefes de Estados y gobierno de Alemania y Namibia, países cofacilitadores de la elaboración del Pacto del Futuro, convocaron a una reunión virtual de líderes mundiales “para discutir las esperanzas y aspiraciones para el Pacto y la Cumbre”, según lo anuncia la web de la Cumbre.

El resultado fue un absurdo de casi tres horas. Un formato totalmente inútil aplicado a un encuentro que fue incapaz de aportar ningún elemento medianamente concreto que pueda contribuir a una Cumbre del Futuro exitosa.

Participaron de la reunión virtual Jefes de Estado y de Gobierno de 47 países y tres funcionarios de las Naciones Unidas: su secretario general, Antonio Guterres; el presidente del 79 período de sesiones de la Asamblea General, Philémon Yang; y la subsecretaria general para asuntos de comunicación global, Melissa Fleming, quien actuó como moderadora.

La “reunión” (que no fue tal cosa) se organizó en dos segmentos. En la primera parte, que se extendió por cerca de 20 minutos, se escucharon las exposiciones del secretario general, el presidente de Namibia y del Canciller de Alemania. Fleming actuó como moderadora de este segmento, donde se escucharon las únicas participaciones “en tiempo real” del evento, ya que la segunda parte nos mostró más de dos horas de sucesiones de videos pregrabados uno detrás del otro.

Mantengámonos por ahora en lo que fue la primera parte. El primer orador fue el secretario general de la ONU, quien volvió a repetir su discurso de urgencias, oportunidades y desafíos que enfrenta el multilateralismo. Nada “novedoso”, estimulante, refrescante. Si ese es el mejor discurso que puede dar Guterres para llamar a los gobiernos a esforzarse en el tramo final hacia la Cumbre realmente podemos esperar muy poco de ella.

Las presentaciones de los líderes de los gobiernos de Namibia y Alemania buscaron mostrar la importancia de la Cumbre y los progresos realizados en las negociaciones de lo que debe ser su documento final, el Pacto del Futuro, reconociendo que aún quedan importantes elementos por definir. En palabras del Olaf Schuklz, Canciller alemán (ver aquí, 37:32)

“El pacto nos ofrece la oportunidad de cambiar la narrativa de división, polarización e incertidumbre. Nos ofrece la oportunidad de mostrar al mundo que la cooperación sigue dando resultados, que el multilateralismo está vivo, que existe la solidaridad global. Sé que incluso ahora, cuando podemos ver la línea de meta ante nosotros, las negociaciones en curso muestran diferencias por superar. Hablando en nombre de Alemania, puedo asegurarles que estamos profundamente comprometidos a hacer precisamente eso, y animo a todos a que nos ayuden”.

Tras sus presentaciones la moderadora indicó que se abría una sucesión de videos pregrabados, empezando por el de quien preside el 79 período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, en cuyo marco se realizará la Cumbre del Futuro, y seguido por 45 jefes de Estado y de gobierno (46 para ser exactos, pues fueron dos las personas que hicieron la presentación de San Marino).

No tiene sentido hacer un recorrido por los discursos (pueden verse aquí, segmentados por país), ya que todos ellos hicieron los habituales llamados a ser ambiciosos, escuchar todas las voces, fortalecer el multilateralismo y varios etcéteras que todos conocemos de memoria. Fue una sucesión de países “diciendo cada uno lo suyo” que no tuvo ningún sentido. Lo que se vio se pareció a un ensayo para lo que será el Debate General, que se iniciará inmediatamente después de la Cumbre del Futuro.

Si nos tomamos un momento para analizar el conjunto de 47 países presentes y sus representantes, la sensación de que esta reunión fue una parodia aumenta:


Más de la mitad de los jefes de Estado y de gobierno que participaron en la reunión representaban a gobiernos europeos y del norte de América. Un desbalance geográfico que se complementa con una mirada sobre el nivel de ingresos de los 47 países participantes en la llamada.


Solo un país de ingresos bajos, con una gran mayoría (casi el 75%) de países de ingresos altos o medio-altos.

Claramente, las voces que se escucharon son parciales y no representan la variedad, democracia e inclusión que se proclama debe tener la Cumbre del Futuro. Por cierto, de los líderes que escuchamos 43 son varones y 5 mujeres. Entre los funcionarios de la ONU, 2 varones y una mujer, que ejerció el rol de moderadora. Ningún invitado no gubernamental.

El llamamiento global ante la Cumbre del Futuro solo puede tener alguna utilidad si lo consideramos como ejemplo de lo que deberíamos evitar que ocurra durante la Cumbre.