La IA en el 80 Debate General de la ONU

Por Javier Surasky


Durante su 79ª sesión ordinaria, la Asamblea General adoptó sus dos primeras resoluciones sobre Inteligencia artificial, un tema cada vez más presente en los debates generales durante los últimos años.

¿Qué podemos esperar que se discuta sobre el tema en su 80º edición? ¿A qué actores prestar especial atención? ¿Cuáles podrían llegar a ser sus puntos centrales? Vamos a explorar el panorama como una forma de ayudar a quienes están interesados en el tema a seguir los discursos durante el próximo Debate General.

Hay tres temas que, creemos, serán ejes de discusión: los modelos de gobernanza de la IA, su huella ambiental y el rápido ensanchamiento de la brecha digital entre países digitalmente centrales y periféricos.

Dentro de esos temas, habrá diferentes posiciones sobre métricas de recursos, entendidas como cifras concretas sobre el consumo eléctrico y de agua por los sistemas de IA; financiación del desarrollo de capacidades digitales, con referencias al “Compute for All”, “Green Gigafactories”, “Digital Commons Facility”, “AI para el Desarrollo Sostenible”, que buscarán equilibrar las cargas y oportunidades entre países líderes en IA y quienes se van quedando rezagados; modos y foros de gobernanza de la IA, con posibles desacuerdos en torno a la constitución formal de un Panel Científico de la ONU, una Organización Mundial de Cooperación en IA o un mayor rol de la UIT. También es posible que veamos debates sobre la mejor manera de articular IA y la iniciativa ONU80, que hasta ahora viene depositando excesivas expectativas en lo que la IA puede hacer como parte de una reforma de la ONU.

Un rápido mapeo de países y posiciones nos permite prever el protagonismo que adquirirán ciertos actores:

La Unión Europea defenderá la necesidad de regulación de la IA de tal manera que brinde a los Estados control sobre los riesgos sin detener su avance, proponiendo un combo unificado entre “normas y asignación de recursos”.

En esa dirección, exhibirá ante la sociedad internacional su Ley de IA y su fondo InvestAI, dotado de €200.000 millones, 20.000 millones de los cuales se dedicarán a la construcción de gigafactorías (cada una albergando hasta 100.000 chips para entrenar modelos de IA para aumentar la capacidad computacional de Europa y bajas en producción de carbono), lo que puede derivar en una llamado a transparentar el uso de agua y energía en los centros de datos.

Estados Unidos seguirá su enfoque “innovation first”, esto es: la regulación de la IA no debe hacerse de tal forma que pueda entorpecer o ralentizar el progreso de la IA. Recordemos que en un discurso de tomo amenazante, el vicepresidente JD Vance advirtió en la cumbre de París de febrero sobre IA que “la regulación excesiva podría matar un sector transformador” y se negó a firmar la declaración sobre una “IA inclusiva y sostenible

Washington posiblemente evitará hacer referencia al consumo de recursos energético, y si lo hace será para elevar un dedo acusatorio sobre China, y tal vez promocionará sus servicios en la nube como la vía más rápida para que los países en desarrollo “salten” sobre la brecha digital.

China será el tercer gran actor. Es un hecho que defenderá una gobernanza de la IA centrada en la soberanía estatal pero cooperativa. Recordemos que el Plan de Acción para la Gobernanza Global de la IA (Global AI Governance Action Plan) del primer ministro Li Qiang, de julio de 2025, sugiere que es necesario establecer una Organización Mundial de Cooperación en IA en el marco de sistema de las Naciones Unidas y promover el uso de plataformas de código abierto. Ambos elementos, podrían ser presentados como oportunidades para los países rezagados de sumarse a la ola digital. Es de esperar además que haga una fuerte referencia a los controles de exportación occidentales en materia de chips para la IA.

La posición de India puede estar sujeta a variaciones de tomo de acuerdo a la forma en que avancen en las próximas semanas las sanciones que le ha impuesto EE.UU. por consumir petróleo ruso. Es casi un hecho que defendería la perspectiva general de la “IA para el Desarrollo”. Nuevamente, teniendo como antecedente más directo la reunión de París sobre IA, recordemos que allí el primer ministro Modi pidió “democratizar la tecnología” y utilizó el lenguaje del G-20 sobre IA energéticamente eficiente a escala para el Sur Global. Podría apoyar la demanda por mayor financiamiento concesional para el desarrollo de corredores de centros de datos verdes, especialmente en el Sur de Asia y en África.

Kenia se encuentra liderando el reclamo africano sobre acceso a capacidad de cómputo. En un panel auspiciado por la presidencia de la Asamblea General que se realizó en ese país el julio pasado, se estableció el Grupo de Amigos para el Desarrollo de Capacidades en IA, cuya posición es que sin acceso preferencias a la nube ni impulso de energías renovables la IA profundizará el neocolonialismo y la dependencia de los países de la región. Se espera que vincule los reclamos sobre justicia digital y justicia climática, posiblemente aportando datos sobre la manera en que la IA está tensionando los recursos hídricos en regiones áridas de África.

Brasil no solo “abrirá el juego” como primer país en presentar su discurso, sino que podemos dar por hecho que en él conectará la gobernanza de la IA con la agenda climática de la COP30 a realizarse este año en Belém do Pará, por lo que podría apoyar el establecimiento de normas estándar globales sobre divulgación del consumo de energía y agua para fines de IA. Es probable que proponga destinar una parte del financiamiento del Fondo de Pérdidas y Daños al desarrollo de infraestructura de cómputo sostenible y resiliente. A esa posición podrían sumarse los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (AOSIS), y en especial Barbados, pidiendo la incorporación de pruebas de impacto ambiental obligatorias como parte de las medidas de implementación del Pacto Digital Global.

Los países nórdicos (Noruega, Islandia y Suecia) buscarían mostrarse como ejemplos de desarrollo de IA verde, ofertando sus abundantes recursos hídricos y sus bajas temperaturas como incentivos a la instalación de clusters de IA de bajas emisiones en sus territorios.

Irak, en nombre del G77 + China reclamará, una vez más, un mayor ejercicio de transferencias de tecnologías, incluyendo las digitales, mayor financiamiento para el desarrollo de IA, estructuras digitales y capacidades humanas, y hay grandes chances de que llame a crear un mecanismo mundial de solidaridad. La brecha digital y el neocolonialismo de datos podrían insertarse en su discurso.

Francia y España sacarán a relucir el haber sido sedes de la Cumbre de Acción sobre IA y de la Cuarta Conferencia sobre Financiamiento del Desarrollo, alineados la UE pero posiblemente incluyendo elementos que sugieran la necesidad de establecer umbrales escalonados de transmisión de recursos de cómputo y financieros, así como de otorgamiento de préstamos concesionales para el desarrollo de una “IA verde”, priorizando la incorporación de este asunto en las agendas de los bancos multilaterales de desarrollo.

En conjunto, estas intervenciones muestran las posiciones en pugna en los temas que hemos señalado como ejes de debate actuales, entroncando asuntos de desarrollo, cuidado ambiental, ética y seguridad internacional, que son el centro de una ruta hacia el desarrollo digital cuyos componentes se encuentran en disputa.