Por Javier Surasky-
¿Bajo qué formas irrumpen las tecnologías digitales, incluso
la Inteligencia artificial, en las agenda técnica y política de la Cooperación
Triangular (CTr)? ¿Cómo podemos fortalecer una CTr que apoye la innovación
económica y social en los países? ¿Qué necesidades podemos identificar tendrán
los países y la región en el futuro que debamos comenzar a trabajar hoy desde
la CTr para crear hoy las competencias que necesitarán nuestras sociedades de
mañana?
Estas preguntas sirven de ejemplo para entrar de lleno en el
planteo de los desafíos que la CTr debe comenzar a enfrentar desde ahora para
que los tiempos de respuesta no queden muy por detrás de los que ya exige una
realidad internacional que cambia rápidamente y afecta nuestras formas de
entender en desarrollo.
La Cooperación Sur-Sur (CSS), expresión concreta de la
solidaridad entre países en desarrollo, debe jugar un papel protagónico en la
creación de respuestas para mostrar su relevancia y capacidad lograr cambios
reales. En ese camino, se destaca el valor de la CTr como un diálogo orientado
a la acción y sostenidos entre pares con la cooperación tradicional o Norte-Sur.
Destacamos el valor de la CTr pues es protagonista de un
cambio que ha recibido poca atención, pero tiene máxima relevancia para la
cooperación internacional al desarrollo: prescindiendo de puntos cardinales, la
cooperación triangular (o trilateral) crece exponencialmente como modalidad de
trabajo tanto en el Norte como en el Sur.
En una entrada
anterior ya nos hemos referido a la Cooperación Triangular (CTr) y a sus
posibles oportunidades de contribución frente a procesos como la Cumbre del
Futuro. En esta ocasión, vamos a enfocarnos en uno de los procesos más
interesantes que se han visto en el campo de la cooperación internacional en
varios años: el programa “Más que tres” del Programa Iberoamericano de
Fortalecimiento de la Cooperación Sur-Sur de la Secretaría General
Iberoamericana (PIFCSS).
Aún en proceso de construcción “Más que tres” es un espacio
en el que 21 países iberoamericanos se reúnen para compartir experiencias,
promover el aprendizaje entre pares y dar impulso a la cooperación triangular.
Lo innovador de este esfuerzo está en que “Más que tres” está inserto en un
marco mayor que lo integra a un esfuerzo más amplio en favor de la CSS y, por
sobre todas las cosas, por el hecho de que sus principales protagonistas son
los cuerpos técnicos que gestionan la práctica de la CTr de la que participan
los países que lo integran.
Recientemente, entre los días 24 y 26 de junio de 2024, “Más
que tres” tuvo un encuentro en la ciudad de Tela, Honduras, al que asistí como
experto invitado. Puedo contar en primera persona el potencial de este espacio
para impulsar y fortalecer el trabajo de los países iberoamericanos en CTr en
múltiples direcciones, pero prefiero enfocarme en una de ellas que me parece de
la mayor relevancia: la capacidad de generar datos y análisis a partir de la
práctica que permita a los decisores políticos hacer su trabajo basados en
evidencia.
Es habitual escuchar que los técnicos responsables por la
implementación de la CSS y la CTr están limitados por las elecciones que
realizan los decisores políticos y que actúan como marco de referencia absoluto
para los equipos técnicos encargados de implementarlos. Esto es cierto, pero es
solo una parte de una verdad mayor que “Más que tres” deja en evidencia.
En tiempos donde se requiere un trabajo eficaz y eficiente
frente a desafíos complejos e intervinculados, la toma de decisiones de
políticas públicas basada en datos y evidencia es crítica. No está de más
recordar que la CTr es una política pública integrada en la política exterior
de los países que participan en ella.
La principal fuente de información con que cuentan los
decisores políticos es precisamente la que producen y sistematizan los equipos
técnicos, que le proveen de los datos y el análisis sobre el trabajo que cada
país realiza, sus procesos y resultados. Por esta vía, los cuerpos técnicos son
los arquitectos de la evidencia que deba ser la materia prima sobre la cual los
tomadores de decisiones de políticas deben actuar. Para decirlo más claramente,
es el conocimiento que van creando los cuerpos técnicos a partir de análisis de
sus propias prácticas o que genera la evidencia que necesitan quienes toman
decisiones para poder actuar de manera eficaz.
Lo anterior significa que, en una medida importante, los
cuerpos técnicos contribuyen a dar forma a as decisiones que actualizan sus
marcos de trabajo, prioridades, oportunidades y demandas. La relación entre la
política y la gestión de la CTr es una avenida de doble mano que solo puede
alcanzar resultados óptimos con una circulación constante de datos y análisis
que partan de la práctica e informen las decisiones políticas, que a la vez
generarán nuevas demandas de datos y análisis en un ida y vuelta continuo que
no debe interrumpirse. Hay quienes llaman a esto “diálogo técnico-político”
pero yo prefiero hablar de “intercambios entre la práctica y la política”.
En su reunión de Tela, “Más que tres” ha dejado en claro que
su potencial para articular el polo técnico de este intercambio a nivel
iberoamericano, lo que agrega capas de información y evidencia a la nacional,
brindando nuevos datos y análisis a escala mayores y fomentando el aprendizaje
entre pares.
A partir de esta plataforma se abre una oportunidad de
proyectar la CTr hacia nuevos horizontes dado que su dinámica de trabajo
permite sobrepasar la presión por resolver lo urgente y abrir oportunidades
para pensar sobre elementos estructurales y de largo plazo. Esta capacidad
puede permitir que “Más que tres” se convierta en un escenario privilegiados
para abordar elementos del futuro de la CTr que difícilmente pueden ser
considerados en el día a día del trabajo de los técnicos que llevan la cooperación
internacional en países de Iberoamérica, y que de ninguna forma pueden ser
abordados por los países de manera aislada.
“Más que tres” invita a pensar en una CTr con visión de
futuro, basada en evidencia, orientada a la acción, construida a partir del
diálogo y desde la práctica hacia la política. El proceso acaba de comenzar,
pero es una invitación a ser optimista en tiempos en que las buenas noticias no
son demasiadas.