ONU 80: Llegan nuevas señales

Por Javier Surasky

 


El 1º de julio de 2025, el Subsecretario General de Política de la Oficina Ejecutiva del secretario general de las Naciones Unidas, Guy Ryder, brindó una breve rueda de prensa sobre la iniciativa ONU 80, que ya hemos presentado en detalle en una entrada anterior de este blog.

En esta oportunidad Ryder dio algunas nuevas pistas en torno a las lógicas detrás del proceso que ayudan a comprender su evolución y, tal vez, a imaginar sus posibles resultados.

Ryder dijo que el proceso está ingresando en una “fase de aceleración en la iniciativa ONU 80 (donde) hay mucho en marcha y mucho que deberá lograrse en las próximas semanas”. Lo que indica que habrá que estar atentos a cualquier novedad que pueda producirse, ya que el nivel de presión que está imponiendo el trabajo en plazos cortos está aumentando, una mala noticia para implementar una reforma, pero lo más lógico cuando se trata de un proceso de recortes de emergencia.

De hecho, señaló que se está “trabajando muy intensamente en este momento en la revisión de la implementación de mandatos” lo que señaló como “el verdadero foco de política de la iniciativa ONU 80”. Más tarde dijo que le “encantaría creer que la revisión de mandatos estaría terminada para el 1º de enero, aunque no creo que sea así”, pero destacó que los trabajos en torno a la adecuación presupuestaria y la revisión de mandatos tienen líneas de tiempo con plazos cortos, en posición a un marco temporal aún impreciso respecto de la revisión estructural de la ONU. Nuevamente, esto me lleva a pensar que la iniciativa ONU 80 se está comenzando por el techo y no por las bases, trabajando en la elaboración de un presupuesto sin saber cuál será la futura estructura de la ONU me parece el camino inverso al necesario.

En respuesta a una decena de preguntas que recibió de corresponsales de medio acreditados ante Naciones Unidas, Ryder dijo que “en términos generales, los Estados Miembros consideran esta iniciativa como oportuna y necesaria” con algunos Estados Miembros “particularmente aquellos que invierten y contribuyen sustancialmente al sistema” alentando al secretario general a la audacia y ambición. “Estados Unidos es que están siguiendo el proceso con interés”, remarcaría un poco más adelante.

Destacó, sin embargo, que “hay otro grupo de opinión entre los miembros que instan a cierto grado de cautela en la intención de reforma” Y agregó que “siendo rigurosos en términos de nuestra gestión financiera, podrían acabar por perderse cosas que valoran” de la Organización.

Identificó también un tercer grupo de Estados, que pueden superponerse a los otros dos, que hacen énfasis en la necesidad de volver a las bases que llevaron a la propia creación de la ONU: “volver a lo básico es un mantra”, dijo para luego definir “lo básico” como los tres pilares de la Carta: Paz y Seguridad, Desarrollo y Derechos Humanos. Algo más tarde, respondiendo preguntas, también dijo que “el mensaje de Estados Unidos ha enfatizado la narrativa de volver a lo básico, y hay un énfasis en la paz y seguridad”.

“Lo que me preocupa es cierto grado de escepticismo: esto es difícil, hemos escuchado esto antes, no hay razón para creer que esta vez lo harán mejor”, afirmó, recordando el proceso de reforma que se intentó en 2005 bajo la dirección de Kofi Annan y su informe “Un concepto más amplio de la libertad: desarrollo, seguridad y derechos humanos para todos”, para decir luego que está “interactuando con grupos de Estados Miembros, grupos regionales, el G77, grupos transregionales, y reuniéndonos con embajadores individualmente” para impulsar el proceso y conocer sus posiciones, además de las dos sesiones informativas oficiales que ya se ofrecieron.

Sobre el recorte de empleos anunciado (de un 20%) el proceso avanza con cada entidad del sistema presentando sus propuestas de reducción al secretario general, quien deberá adoptar las decisiones finales, pero aclaró que no resultará en un recorte del 20% en cada departamento ya que “no hay una solución única para todos” y que los recortes particulares estarán asociados al objetivo de lograr incrementar la eficiencia.

Sobre los puestos financiados extrapresupuestariamente, dijo que su evolución dependerá de quienes proporcionan los fondos que los sostienen, por lo que prefirió no confundir este tema con el de los recortes de posiciones pagadas por el presupuesto regular de la Organización, e insistió en que la única solución para el problema presupuestario de la ONU es que “los Estados Miembros paguen sus contribuciones completamente y a tiempo”, asegurando que “ONU 80 no es una solución al problema de liquidez en sí mismo”. ¡Vaya golpe!

Uno de los periodistas presentes le preguntó sobre cuál es el principal dilema que enfrentan hoy quienes dirigen el proceso, a lo que Ryder respondió que era “extremadamente difícil” identificar uno, pero acabó decantándose por mencionar el de los plazos: debido al calendario, dijo, “estamos obligados a presentar propuestas presupuestarias ya en septiembre”, y continuó: “En un mundo ideal” el abordaje de los temas presupuestarios, de mandatos y estructurales debería hacerse secuencialmente, mirando primero los mandatos y extrayendo las lecciones de nuestra revisión de implementación de mandatos. Y eso informaría las asignaciones de recursos. No tenemos ese lujo”.

Sobre las relocalizaciones, se lo consultó sobre si la ONU está lanzando sobre el tablero la carta del aporte económico que el hecho de tener su sede significa para la ciudad de Nueva York al momento de negociar con Estados Unidos, pero Ryder señaló que la “noción de los beneficios para las economías locales de la presencia de la ONU es una conversación que ocurre mucho más en Ginebra y en Viena (…) El impacto relativo de la presencia del sistema multilateral en esas capitales es mucho mayor que el impacto de la ONU en Nueva York” al que calificó de “relativamente marginal”.

Aclaró además que, al hablar de reubicaciones el examen apunta a reubicar funciones, no entidades, y reconoció que el motivo detrás de ello se halla en consideraciones de costos, y que se apunta en primer lugar a las funciones de back Office, donde el contacto  cercano con los Estados miembros no es parte fundamental del trabajo, y que cualquier reubicación se hará hacia lugares en los que la ONU “ya tiene presencia, cierto grado de infraestructura y un conjunto confiable de condiciones que nos permitirían funcionar de forma efectiva”, para cerrar con un contundente “no hay decisiones aún”.

El subsecretario general aprovechó una pregunta para subrayar como la ONU, a través de la iniciativa UN 2.0, está utilizando la IA de manera cada vez más intensiva: “estamos comenzando a encontrar nuestro camino para extraer dividendos muy útiles de la aplicación de IA” lo que “tendrá efecto sobre la forma en que la organización trabaja”.

Sobre lo que ocurrirá en los próximos meses, tras la presentación del informe del secretario general con las propuestas a los Estados, Ryder explicó que ya está en marcha una discusión sobre si sería aconsejable abrir un proceso intergubernamental formal para trabajar basado en las recomendaciones recibidas que, dijo Ryder, estarán basadas en evidencia. “El informe que queremos armar, no apunta a mostrar un ejercicio intelectual interesante, sino a ser un ejercicio de política práctica” donde deben quedar bien delineados los objetivos de la iniciativa. Luego, dependerá de los Estados abrir el proceso, enviarnos el encargo de vuelta para hacer más trabajo preparatorio antes de lanzar ese proceso, o tomar cualquier otro camino que ellos decidan.

Un dato interesante es que Ryder mencionó expresamente tanto al Pacto del Futuro como a la iniciativa ONU 2.0 y la Pacto Digital Global, pero evitó hablar de la Agenda 2030. ¿Es el Pacto del Futuro la base sobre la que el secretario general está pensando su informe de propuestas?

La iniciativa ONU 80 avanza, ya es un hecho, la pregunta real ahora es cuál será su verdadero camino y, sobre todo, su verdadero destino. Ninguna de las dos cosas es totalmente clara todavía. Ambas se presentan mediante expresiones altisonantes, capaces de ser interpretadas de mil formas diferentes, con un contenido real que apenas podemos entrever entre unas rendijas que, afortunadamente y para bien o para mal, se van abriendo cada vez más.