Veinte años de la Cumbre Mundial sobre la Información: ¿Está el futuro digital centrado en las personas?

Por Javier Surasky


La Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información (más conocida por sus siglas en inglés WSIS: World Summit on the Information Society) fue establecida por la Organización Internacional de las Telecomunicación (ITU), a propuesta de Túnez, en 1998, para crear un marco de debate global en torno a las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) y sus imactos en el escenario internacional.

La propuesta de la ITU fue formalmente adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su Resolución 56/183 de diciembre de 2001, donde es aprobó la celebración de la WSIS en dos fases, al tiempo que se reconocía la “urgente necesidad de aprovechar el potencial del conocimiento y la tecnología” para promover los objetivos de desarrollo del milenio.

La primera fase de la WSIS se reunió en Ginebra en 2003, y la segunda en Túnez en 2005. La reunión de Ginebra adoptó la Declaración de Principios de Ginebra y el Plan de Acción de Ginebra, que establecieron una visión y compromisos concretos orientados a cerrar las brechas en torno al acceso a las TIC, impulsar la conectividad global y establecer los cimientos de una Sociedad de la Información centrada en las personas y el desarrollo humano.

La fase de Túnez se dedicó especialmente a debatir y poner en funcionamiento el Plan de Acción, al tiempo que buscó lograr acuerdos en temas sensibles que no habían podido alcanzarse en Ginebra, tales como la gobernanza de Internet, los mecanismos de financiación para las TIC y los arreglos institucionales para el seguimiento e implementación de los compromisos. Como resultado se adoptaron el Compromiso de Túnez y la Agenda de Túnez para la Sociedad de la Información, esta última una verdadera herramienta para la implementación de líneas de acción acordadas. Como uno de sus principales resultados destacamos el establecimiento del Foro de Gobernanza de Internet (IGF, por sus siglas en inglés), creado en el párrafo 72 de la Agenda de Túnez por un plazo de cinco años, que se ha ido extendiendo hasta la actualidad.

Viéndolo en perspectiva histórica, podemos señalar entre los logros de la WSIS:

  • Haber sido el foro que proporcionó no solo un espacio sino también dio origen a un vocabulario compartido en torno a temas en los que “lo digital” es central, respectando un mandato original de orientar sus resultados a la promoción del desarrollo y al pleno respeto de los derechos humanos.
  • Haber consagrado un enfoque de gobernanza multistakeholder, multipartito y multinivel para el ecosistema digital, modelo que estableció un precedente para la cooperación digital global reconociendo la importancia de tener a todos los actores interesados sentados en la mesa de negociaciones.

Entre los mecanismos de seguimiento de compromisos también hallamos la creación del Foro de la WSIS, un encuentro anual de múltiples partes interesadas que actúa como plataforma global de evaluación de avances de los compromisos de la WSIS, en el que se comparten buenas prácticas y se promueven las alianzas. La organización del Foro está a cargo de la ITU, que en su preparación trabaja con países y más de 40 agencias del sistema de las Naciones Unidas.

Señalemos finalmente que se ha establecido un seguimiento institucional de la WSIS dentro de la ONU, responsabilidad que ha quedado en cabeza de la Comisión de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo (CSTD, por sus siglas en inglés), órgano subsidiario del ECOSOC.

Tras una década desde la reunión de Ginebra, se llevó a cabo en 2013 un proceso de revisión de WSIS, identificado como WSIS+10 y dos años más tarde, en el marco internacional de los diferentes procesos de negociaciones abiertos, cuyos resultados fueron la Agenda 2030, el Acuerdo de París y la Agenda de Acción de Addis Abeba, la Asamblea General convocó una Reunión de Alto Nivel en diciembre de 2015 para realizar un balance integral de implementación de los acuerdos y documentos adoptados por la WSIS, que acabó adoptando un documento final reafirmando la visión y los compromisos de Ginebra y Túnez y destacando su alineación con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. La misma resolución convocaba a una nueva reunión de alto nivel para examinar dos décadas de progreso de la Sociedad de la Información en 2025, poniendo en marcha el proceso WSIS+20.

Ese proceso tuvo dos momentos claves: la realización del Foro de Alto Nivel WSIS+20 en 2024 y un Evento de Alto Nivel WSIS+20, que se realzó entre el 7 y el 11 de julio de 2025, de regreso en Ginebra, cuyos resultados serán considerados por el pleno de los Estados miembros de la ONU en una sesión plenaria especial durante el 79º periodo de la Asamblea General de la ONU a realizarse a fines de 2025.

En el proceso de revisión WSIS+20, las discusiones sobre inteligencia artificial (IA) han subrayado la necesidad de que la revolución digital esté al servicio de las personas. La UNESCO insistió en afirmar que la sociedad de la información debe estar “centrada en las personas”. Especialmente cuando, como lo sostiene la UNESCO “desde los sesgos algorítmicos hasta la vigilancia, desde la erosión de la privacidad hasta la profundización de las brechas digitales, los riesgos de un desarrollo tecnológico sin una protección ética amenazan con socavar los derechos humanos y la equidad global”.

Existen hoy herramientas que nos brindan la base para impulsar una IA basada en derechos humanos, entre ellas:

  • Las normas sobre la debida diligencia en materia de derechos humanos por la que gobiernos, empresas, academia y organizaciones civiles deben guiar el ciclo de vida de la IA, anticipando riesgos y documentando decisiones.

Entre los riesgos estructurales de la IA analizados en el Evento de Alto Nivel WSIS+20 se identificaron el sesgo algorítmico, la vigilancia masiva, la erosión de la privacidad y el aumento de las brechas digitales, de la mano de los cuales surgen amenazas, reales o no, que afectan la confianza pública en las tecnologías digitales, especialmente en la IA.

En cuanto a la gobernanza y las propuestas concretas, destacamos:

  • Las oportunidades que abren la adopción de instrumentos ambiciosos y normativos aun cuando sean no vinculantes.
  • La urgencia de establecer una gobernanza anticipatoria, y no solo reactiva, de las tecnologías digitales.
  • El desarrollo de estrategias nacionales de IA integrales, donde se incluyan elementos como acceso a energía, conectividad, datos, disposición de talento humano.
  • Se de visibilidad a los “modelos pequeños y bellos” en los que la IA, localizada y orientada a tareas, puede aprovechar recursos locales de manera más intensiva. De hecho, se destacó el concepto de avanzar hacia una “IA regenerativa” por inclusión de múltiples conocimientos locales y ancestrales.
  • El impulso de modelos como “AI benchmark” desarrollado por Women at the Table para evaluar modelos de lenguaje según estándares internacionales de derechos humanos.

En línea con el Pacto Digital Global, el evento también ha convocado a las organizaciones de normalización (como la ISO o el IEEE) a incorporar los principios de derechos humanos en el diseño de estándares de IA.

Repasando la agenda de trabajo de del Evento de Alto Nivel de WSIS+20 podemos decir que, al menos en su entorno y alcances, el enfoque centrado en las personas y los derechos humanos ante los desafíos de la era digital sigue siendo una piedra angular de los debates

Esto se vuelve aún más importante ya que, ante la falta de una gobernanza de la IA compartida a nivel internacional, la WSIS y sus procesos derivados, como el IGF, se han constituido como marcos fundamentales para una gobernanza digital colaborativa que no termina de nacer.